La nueva tendencia este 2024 va cambiando y ahora pone los ojos en los nanoinfluencers y microinfluencers, creadores de contenido con audiencias pequeñas, pero altamente comprometidas con sus mensajes.
En el mundo competitivo del marketing digital, los grandes influencers con millones de seguidores han sido durante mucho tiempo la opción preferida por las marcas que buscan aumentar su visibilidad y prestigio. Aunque pueden presentar números impresionantes en términos de seguidores, la realidad es que una parte significativa de su audiencia puede ser ficticia, compuesta por bots o cuentas inactivas que no aportan valor real a las marcas.
Este escenario ha generado una creciente desconfianza tanto en las marcas como en los consumidores. Las métricas, que solían ser el pilar sobre el cual se justificaban las costosas campañas con grandes influencers, ahora son vistas con desconfianza.
A menudo, los resultados no reflejan un impacto significativo en las ventas o en la percepción de la marca, lo que lleva a cuestionar la efectividad de estas colaboraciones. Sin embargo, al trabajar con influencer con menor alcance se observa que hay más interacción con la publicación.